El Mercado Común centroamericano (MCCA) es un acuerdo económico entre los cinco países centroamericanos (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua). Este movimiento hacia la integración económica regional comenzó en 1951 con la adopción de una resolución de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL). Siguieron años de estudio y negociación.
En 1958, los cinco países, bajo la tutela de la CEPAL, concluyeron dos acuerdos: el Tratado Multilateral de Libre Comercio e Integración Económica Centroamericana y la Convención sobre el Régimen de Industrias de Integración Centroamericana. La primera, que entró en vigor el 2 de junio de 1959, preveía un libre comercio intrarregional limitado, con artículos adicionales sujetos al libre comercio durante un período de diez años. Este último acuerdo preveía «industrias de integración» regionales protegidas (aquellas que requerían el libre acceso, sin competencia, a todo el mercado centroamericano para ser económicamente viables). Las industrias se distribuirían entre los cinco países. Costa Rica firmó los acuerdos, pero no los ratificó. El hecho de que no lo hiciera, hacía que la convención no funcionara.
En 1960, se firmó un acuerdo entre tres países (El Salvador, Guatemala y Honduras) respaldado por Estados Unidos, el Tratado de Asociación Económica. Creó un movimiento ampliado y acelerado hacia la integración. Sólo cincuenta y cinco artículos estaban exentos del libre comercio regional. El tratado creó un fondo de asistencia para el desarrollo y un conjunto de instituciones regionales, que no estaban previstas en los protocolos anteriores. La zona de libre comercio se convertirá en un mercado común al cabo de cinco años, siempre que los signatarios hayan igualado los aranceles externos. El tratado no incorporaba industrias de integración.
El Tratado de Asociación Económica creó una crisis en el movimiento regional hacia la integración económica y llevó a los cinco países centroamericanos a concluir otro acuerdo, el Tratado General de Integración Económica Centroamericana, esta vez bajo la tutela de la CEPAL, en diciembre de 1960. Este tratado preveía el libre comercio regional inmediato para todos, excepto para un número muy pequeño de productos. Estipulaba que prácticamente todos los productos exentos serían objeto de libre comercio en un plazo de cinco años. También preveía un arancel exterior uniforme y un mercado común en un plazo de cinco años. Se incorporaron industrias de integración. Además, el tratado estableció un conjunto de instituciones y dispuso el establecimiento del Banco Centroamericano de Integración Económica. El tratado fue firmado y ratificado por todos menos Costa Rica, que ofreció razones económicas para su rechazo, pero en realidad actuó por un sentido de distinción del resto de Centroamérica. En 1963 cambió su posición.
En virtud de las disposiciones de libre comercio, el comercio intra-centroamericano creció drásticamente, de 8,3 millones de dólares en 1950 a 32,7 millones de dólares en 1960 a 213,6 millones de dólares en 1967. Centroamérica experimentó un crecimiento económico considerable en la década de 1960 y en la década de 1970, con un promedio de 5,8 por ciento anual. La mayor parte del crecimiento se produjo en el sector industrial urbano gracias al estímulo del mercado común. El mercado común, al crear un mercado regional libre de la mayoría de las barreras comerciales, hizo posible un mayor grado de desarrollo industrial que el que hubiera sido posible en cinco mercados separados.
El impacto del mercado común no fue del todo positivo. No hizo nada para promover el desarrollo del sector agrario. Y debido a que el mercado común se adhirió a las fuerzas del libre mercado, la mayor parte del desarrollo industrial que siguió a su creación se concentró en El Salvador y Guatemala, ya los países centroamericanos más desarrollados. Gran parte de la industrialización fue intensiva en capital en lugar de en mano de obra. Las oportunidades creadas por el mercado común fueron explotadas principalmente por inversores extranjeros.
El funcionamiento del mercado común se vio interrumpido por la guerra de 1969 entre El Salvador y Honduras y sus secuelas. En 2004, los países centroamericanos, junto con la República Dominicana, negociaron un nuevo acuerdo económico con los Estados Unidos, llamado Tratado de Libre Comercio de Centroamérica (CAFTA). A pesar de la oposición de numerosas organizaciones de la sociedad civil en los Estados Unidos y Centroamérica, el tratado fue ratificado.
Ver también América Central; Costa Rica; El Salvador; Guatemala, Honduras, Nicaragua, Naciones Unidas.
BIBLIOGRAFÍA
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