El calendario azteca o Piedra del Sol es uno de los grandes tesoros de la arqueología de nuestro país. Es una representación del profundo conocimiento astronómico de los mexicas y de su fascinante cosmogonía. A continuación te diremos qué es el calendario azteca, qué significa, de dónde proviene y más.
Foto: Juan Carlos Fonseca Mata
Qué es el calendario azteca
El calendario azteca es un disco monolítico (hecho con una sola pieza) con inscripciones relacionadas con la astronomía y el culto solar de los mexicas. En él se describen los movimientos de los astros y los distintos ciclos con los que se medía el tiempo. Contrario a lo que sugiere su nombre, no es un calendario, sino un símbolo de la concepción del tiempo y la cosmovisión del periodo.
Para los aztecas, el tiempo trascurría en «soles» o eras cósmicas, periodos de creación y destrucción. Antes de ellos, en la tierra ya habían existido otros cuatro soles. De hecho, según el historiador George Kubler, el calendario azteca es la representación del mito de los Cinco Soles.
Hay también otras teorías que indican que el calendario azteca es más bien el símbolo del fin del Quinto Sol, que ocurriría con la llegada de Quetzalcóatl, o como ocurrió, con la llegada de los españoles.
Foto: Flickr/ Gabiel Benavides
Historia
Acorde a los expertos, la Piedra del Sol fue creada durante el Período Posclásico, entre 1250 y 1521 d.C., por orden de Moctezuma Xocoyotzin o del tlatoani Axayácatl. Está hecha de piedra volcánica (basalto de olivino), proveniente probablemente del volcán Xitle y obtenida de la zona sur de la ciudad.
Aunque no se sabe con exactitud en dónde se encontraba la Piedra del Sol antes de la conquista, hay varias interesantes teorías. La arqueóloga Bertina Olmedo Vera menciona que posiblemente, el calendario estaba en una plataforma frente al Templo Mayor o en Templo Yopico del dios Xipe Tótec. Se considera uno de los monolitos más grande de Mesoamérica.
Tras la caída de México-Tenochtitlán en 1521, la Piedra del Sol se trasladó a la Plaza Mayor, al oriente del palacio virreinal, y se colocó con los relieves hacia arriba. Se mantuvo ahí por muchos años, hasta que en 1559, el arzobispo Alfonso de Montúfar, mandó darle vuelta y enterrarla, argumentando que era una obra del demonio, que era una mala influencia para los habitantes de la ciudad, y para que «se perdiese la memoria del antiguo sacrificio que allí se hacía».
Pintura de la Ciudad de México en 1859, por Pedro Gualdi
Descubrimiento del calendario azteca
Tras 270 años de estar bajo tierra, la Piedra del Sol se re-descubrió el 17 de diciembre de 1790, mientras se hacían obras en el costado sur de la Plaza Mayor de la Ciudad de México para construir drenajes y banquetas. Los trabajadores bajo el mando de José Damián Ortiz de Castro lo encontraron enterrado a poco más de 40 cm, a 60 metros de una de las puertas del Palacio Virreinal.
Fue nombrado «calendario azteca» por el antropólogo Antonio de León y Gama, quien asistió al lugar para verlo. Después publicó un ensayo llamado: «Descripción histórica y cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la plaza principal de México, se hallaron en ella el año de 1790 sobre dicho descubrimiento y el funcionamiento del calendario mexica».
El antropólogo argumentó que la Piedra del Sol no debía ser sepultada de nuevo por su gran valor histórico y artístico, por lo que se colocó a un costado de la catedral Metropolitana el 2 de julio de 1971.
Durante la Intervención estadounidense en México entre 1846 y 1848, los soldados extranjeros usaron este reliquia mesoamericana para jugar tiro al blanco, dañándola bastante.
Foto: William Henry Jackson / La Piedra del sol en la Catedral
El calendario azteca a través de los años
A finales del siglo XIX, se trasladó a la Galería de Monolitos del Antiguo Museo Nacional, en la calle de Moneda del Centro Histórico de la Ciudad de México.
En 1964, el calendario azteca llegó a la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, tras un viaje de una hora y quince minutos. Allí permanece hasta nuestros días, como una de las piezas principales del museo.
El Museo Nacional de Antropología es uno de los más importantes de Latinoamérica. Se encuentra en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México. La entrada general cuesta $75 pesos.
Calendario azteca en el Museo Nacional en 1915
Las partes del calendario azteca y su significado
El calendario azteca representa el disco solar y está dividido en varias secciones, anillos concéntricos que contienen elementos relacionados con el tiempo.
Disco central
En el corazón del monolito está el rostro de Totatiuh, el dios del sol, dentro del glifo que significa «movimiento». Se le representa con la mitad inferior del rostro descarnada y la superior encarnada, que representa la vida y la muerte. Se caracteriza por las líneas de su frente y ojos, su cabello lacio, sus joyas, su lengua representada como un cuchillo de pedernal (símbolo del sacrificio requerido para su renacimiento diario tras su viaje al inframundo), y sus garras con corazones humanos.
En palabras del arqueólogo Alfonso Caso, en el libro El pueblo del sol:
«Se ve en medio del disco el rostro de Tonatiuh, y a los lados sus manos armadas de garras de águila que estrujan los corazones humanos, porque el sol es concebido por los aztecas como un águila que por las mañanas, al ascender al cielo, se llama Cuauhtlehuánitl, «el águila que asciende», y por la tarde se llama Cuauhtémoc, «el águila que cayó», nombre del último e infortunado emperador azteca».
Sin embargo, otros investigadores han sugerido que la representación es de la deidad Tlaltecuhtli.
La deidad está rodeada por cuatro cuadrados, que representan los cuatro soles que precedieron al Quinto Sol.
- Nahui Océlotl (4 Jaguar): representa el fin de la primera era, cuando después de 676 años, la tierra se sacudió con vientos intensos y surgieron monstruos que devoraron a la gente.
- Nahui Atl (4 Viento): este mundo existió por 365 años, hasta que la tierra volvió a temblar y los hombres se convirtieron en monos.
- Nahui Quiáhuitl (4 Lluvia): después de 312 años, ocurrió una lluvia de fuego que transformó a algunos hombres en guajolotes y aniquiló al resto.
- Nahui Ehécatl (4 Agua): el mundo previo al nuestro, duró 676 años y terminó cuando la tierra se inundó y los hombres se convirtieron en peces.
En el centro del calendario azteca hay también dos garras de águila rodeadas por cuatro círculos, una representación del Quinto Sol (4-Ollin), era en donde nace el hombre náhuatl que se alimenta de maíz (Códice Chimalpopoca).
A la vez, entre los signos de las Eras están los puntos cardinales: el Norte (pedernal); Sur (lluvia); Este (Xiuhuitzolli) y Oeste (mono).
Foto: Ancheta Wis / Réplica del calendario azteca
Primer anillo
El primer anillo del calendario azteca contiene veinte figuras, que representan los veinte días del calendario sagrado azteca: Tonalpohualli. Este calendario se registraba en un códice en piel de venado o papel amate conocido como tonalpouhqui o libro de los días.
El año azteca
Su estructura se basaba en un año de 260 días (20 meses de 13 días), cada uno de ellos con una combinación de 20 nombres de los días y un número de 1 a 13, representado por puntos. Los pictogramas son: Cipactli, Ehecatl, Calli, Cuetzpallin, Cóatl, Miquiztli, Mazatl, Tochtli, Atl, Itzcuintli, Ozomatli, Malinalli, Ácatl, Ocelotl, Cuauhtli, Cozcaquauhtli, Ollin, Tecpátl, Quiahuitl y Xochitl. Se lee en sentido contrario a las manecillas del reloj.
Hay que notar que los aztecas también tenían un calendario solar de 365, con 18 meses de 20 días más 5 días funestos. A lo largo de este periodo se seguía el tonalpohualli, que tenía más que ver con las celebraciones de las distintas deidades.
Calendario solar
Segundo anillo
El segundo anillo del calendario azteca tiene varias secciones con cinco puntos, en donde se cree se representan las semanas. A la vez, hay una representación de los rayos solares en dirección a los puntos cardinales en ocho secciones.
Tercer anillo
En el tercer anillo de la Piedra del Sol, hay dos serpientes de fuego con escamas (para muchos la personificación de Tonatiúh y Tezcatlipoca), que rodean la piedra y llevan a la deidad por el firmamento. Cada siglo mexica tenía 52 años y al final de cada uno, se realizaba la ceremonia del Fuego Nuevo, representado con llamas en varias secciones.
También hay un cuadrado entre las serpientes, que representan la última celebración del Fuego Nuevo antes del periodo.
Cuarto anillo
Finalmente, en el cuarto anillo de la Piedra del sol hay ocho relieves equidistantes, que representan varias constelaciones. Contiene 158 círculos pequeños.
Monedas mexicanas de 5 centavos
Datos curiosos del calendario azteca
- Pesa casi 25 toneladas, mide 3.5 metros y tiene 122 centímetros de diámetro.
- Cuando se descubrió en 1790, el calendario azteca estaba pintado de colores, que se fueron perdiendo con el paso del tiempo.
- A lo largo de la historia, el calendario azteca se ha utilizado en la numismática mexicana, desde las monedas de 5 centavos de 1905 (con una estilización parcial de los rayos solares del anillo del resplandor paralelo al borde de la pieza) hasta la moneda de 10 pesos acuñada en 1992, con una estilización parcial del disco central en el centro de la pieza.
- Esperamos que ahora que conoces tanto acerca del calendario azteca o la Piedra del Sol, puedas apreciarlo de mejor manera.