En esta revisión, una pieza complementaria de nuestro reciente examen del plexo coroideo (PC), el órgano que segrega el líquido cefalorraquídeo (LCR), nos centramos en información reciente en el contexto de datos antiguos confiables sobre la composición y funciones del LCR humano adulto. Para lograr esto, definimos el LCR, examinamos la metodología empleada en el estudio del LCR centrándose en experimentos ideales o casi ideales y discutimos los pros y los contras de varias descripciones analógicas ampliamente utilizadas del LCR, que incluyen: el LCR como la «tercera circulación», el LCR como un «licor nutritivo», las similitudes del LCR/plexo coroideo con el filtrado glomerular/riñón y, finalmente, la circulación del LCR como parte del «sistema glinfático».»También consideramos la estrecha interrelación entre el líquido cefalorraquídeo y el espacio extracelular del cerebro a través de uniones gap y la escasez de datos que sugieren que los capilares cerebrales secretan un líquido similar al líquido cefalorraquídeo. Recientemente, se ha demostrado que el LCR humano está en flujo dinámico con el latido del corazón, la postura y, especialmente, la respiración. Funcionalmente, el líquido cefalorraquídeo proporciona flotabilidad, nutrición (por ejemplo, vitaminas) y eliminación de productos de desecho endógenos para el cerebro por flujo masivo hacia los sistemas venoso (vellosidades aracnoideas y raíces nerviosas) y linfático (nasal), y por sistemas de transporte reabsorbente mediados por portadores en PC. El LCR también presenta muchos compuestos exógenos a la PC para su metabolismo o eliminación, limpiando indirectamente el espacio extracelular del cerebro (por ejemplo, de xenobióticos como la penicilina). El LCR también transporta hormonas (por ejemplo, leptina) de la sangre a través de la PC o sintetizada en PC (por ejemplo, IGF-2) al cerebro. En resumen, el LCR/PC, la tercera circulación, realiza muchas funciones comparables al riñón, incluida la nutrición del cerebro y la contribución a un entorno interno estable para el cerebro. Estas tareas son esenciales para el funcionamiento normal del cerebro adulto.