Introducción
El cerebro es el órgano principal del sistema nervioso, y sirve como el «centro de comando» del cuerpo. A través del cerebro, los sistemas de órganos son capaces de recibir las instrucciones necesarias para llevar a cabo sus actividades y funciones. Debido a que el cerebro tiene este deber principal, la salud del cerebro puede tener efectos perjudiciales en el resto del cuerpo. En este artículo, discutiremos el concepto de daño cerebral, cómo se produce y los efectos que puede tener en otros sistemas.
¿Qué es el Daño Cerebral?
El daño cerebral es una lesión o deterioro de las células y tejidos del cerebro. Cada vez que se daña el cerebro, la magnitud del daño se basará en varias cosas, incluida la ubicación, la causa del daño y la intervención.
Ubicación de la lesión
El cerebro tiene tres secciones básicas, y una lesión en cualquiera de ellas puede causar daño. El cerebro es la sección más grande del cerebro y es responsable del pensamiento, los sentidos y la personalidad (entre otras cosas). El cerebelo es responsable de la coordinación y el equilibrio muscular. Finalmente, el tronco encefálico es responsable de conectar el cerebro con la médula espinal. Tiene regiones que controlan la respiración, la frecuencia cardíaca y la homeostasis (o estabilidad interna). En resumen, diferentes secciones del cerebro albergan diferentes funciones.
Por lo tanto, el daño a esas secciones (ubicación) puede provocar problemas con sus funciones de acompañamiento. Por ejemplo, el cerebro, si está dañado, puede causar trastornos de la personalidad, pérdida de los sentidos o problemas para pensar y aprender. Por otro lado, el daño al tronco encefálico puede provocar problemas respiratorios, parálisis e incluso la muerte. La ubicación es un factor muy importante en el desarrollo de daño cerebral.
Causas de Daño cerebral
El daño cerebral puede ser causado por varias cosas. En primer lugar, el daño físico al cerebro puede causar problemas importantes en cómo funciona el cerebro. Tomemos, por ejemplo, las lesiones sufridas en deportes de contacto, como el fútbol. Cuando los jugadores son golpeados, se vuelven susceptibles a conmociones cerebrales (cambios inducidos físicamente en el cerebro). Estas fuerzas físicas pueden llevar a cambios en la forma en que funciona el cerebro si esos tejidos están dañados irreversiblemente. Esto se conoce comúnmente como lesión cerebral traumática. Los efectos de este tipo de lesiones suelen incluir pérdida de coordinación muscular, pérdida de memoria, depresión y, en algunos casos, parálisis.
En segundo lugar, el daño químico al cerebro también puede afectar la función general del cerebro. Esto se observa a menudo cuando las personas toman drogas o medicamentos psicoactivos (que afectan al cerebro). Ejemplos de estas drogas pueden incluir marihuana, cocaína, metanfetaminas y alcohol. Estos agentes químicos pueden causar daño a las células del cerebro, que puede variar de leve a grave. Los efectos de este tipo de daño cerebral pueden incluir pérdida de memoria, alucinaciones (ver imágenes falsas), pérdida de los sentidos e incluso la muerte.
Finalmente, diferentes enfermedades y afecciones pueden provocar daño cerebral. Por ejemplo, cuando un individuo tiene un accidente cerebrovascular (ruptura de un vaso sanguíneo cerca del cerebro), puede causar daño en el área del cerebro más cercana al vaso dañado. Algunas de las áreas comunes afectadas incluyen las áreas del habla, las áreas visuales y las secciones motoras (de movimiento) del cerebro, por lo que muchos pacientes con accidente cerebrovascular pierden la capacidad de hablar, caminar o ver. Otras enfermedades, como la enfermedad de Alzheimer y la encefalitis, también pueden causar lesiones cerebrales como parte de su progresión. Estas formas de daño cerebral se conocen como lesiones cerebrales adquiridas.
Intervención
Como se mencionó anteriormente, la intervención (tratamiento médico y psicológico) puede desempeñar un papel en la forma en que se desarrolla el daño cerebral. Por lo general, cuando los tejidos dentro del cerebro están dañados, no se pueden reparar. Por lo tanto, la mayor parte del daño cerebral es permanente, incluso si es menor. Sin embargo, el cerebro tiene plasticidad, lo que significa que puede alterarse a veces para acomodar el daño y recuperar alguna función después de una lesión.
La intervención médica, como la fisioterapia y las cirugías, puede reducir o corregir el daño cerebral potencial si se proporciona en un período de tiempo rápido después de un incidente. Esto ayuda al cerebro a aprovechar la plasticidad para reducir o detener la progresión del daño cerebral. El asesoramiento y la terapia psicológica pueden ayudar a prevenir o reducir el daño cerebral en el caso del uso de sustancias químicas y drogas. Por último, se pueden usar medicamentos para ralentizar la progresión de las lesiones cerebrales y, en algunos casos, incluso revertir la afección. En el caso de una lesión leve, por lo general, los analgésicos de venta libre son suficientes para la recuperación. En el caso de una lesión cerebral adquirida, como en el caso de la enfermedad de Alzheimer, se utilizan medicamentos más fuertes para reducir el progreso del daño y proteger los tejidos sanos para que no se vean afectados.