Cuando el cateterismo se convierte en parte del juego sexual, generalmente se usa para controlar la vejiga. Una vez que se inserta el catéter, el sumiso ya no puede controlar su propia función urinaria. La vejiga simplemente drenará mientras el catéter se deja abierto. Si el catéter está sujeto, el sumiso no puede orinar aunque lo desee.
Tener un catéter insertado en la uretra puede sentirse físicamente excitante, ya que la uretra es muy sensible. Antes de llegar a la vejiga, el catéter también pasará a través de la glándula prostática masculina. Algunas personas también se excitan con la idea de tener el catéter dentro de ellas. Sin embargo, deben resistir el impulso de masturbarse, ya que esto puede irritar la uretra y potencialmente causar daño a la vejiga, los músculos del esfínter o los nervios.
Los expertos en salud aconsejan encarecidamente que no se realicen cateterismos a personas sin formación médica. La uretra puede dañarse gravemente o infectarse por técnicas de cateterismo deficientes. Las mujeres son más propensas a las infecciones que los hombres, ya que sus uretras son más cortas, por lo que es aún más arriesgado cateterizarlas. Si se produce una infección, asegúrese de buscar atención médica de inmediato.
La esterilización es vital para un cateterismo seguro, ya que sin este paso se pueden introducir infecciones en el cuerpo. Las personas que realizan cateterismo también deben lavarse bien las manos con agua y jabón antibacterianos para eliminar los gérmenes. Los genitales de la sumisa también deben lavarse y enjuagarse. Los dominantes deben usar guantes de látex para el cateterismo para una mayor protección contra los gérmenes.
Una pequeña cantidad de lubricante en la punta del pene o en el punto de inserción de la vagina puede facilitar el cateterismo. El catéter también se puede lubricar, aunque debe trabajar en secciones pequeñas para asegurarse de que el tubo no se vuelva demasiado resbaladizo. Es importante que el dominante no toque el catéter más de lo necesario durante la inserción.