Reconstrucciones y procedimientos de capsulorrafía no anatómica utilizados para tratar la inestabilidad del hombro crean alteraciones mecánicas en la articulación glenohumeral que conducen a una eventual artrosis. Los procedimientos actuales de capsulorrafia han evolucionado hacia la restauración de la anatomía normal y han estimulado la investigación anatómica relevante. El análisis de la inserción subescapular ha demostrado una inserción tendinosa superior y una inserción muscular inferior con la cápsula glenohumeral inferior consistentemente ubicada debajo de la inserción muscular del subescapular. Además, se han identificado 2 tipos de aditamentos capsulares humerales inferiores. La inserción capsular anterior puede bifurcarse en un pliegue interno superior adyacente al cartílago articular y un pliegue externo inferior en el cuello quirúrgico humeral. Alternativamente, la cápsula puede insertarse sobre un área amplia en el cuello quirúrgico. Por lo tanto, liberar la porción muscular de la subescapular y ambos pliegues capsulares o toda la inserción capsular amplia mejora el desplazamiento adecuado de la cápsula durante los procedimientos de capsulorrafía de base lateral. Los estudios biomecánicos permiten el estudio directo de los diferentes parámetros involucrados en los procedimientos de capsulorrafía, y varios estudios recientes han mejorado nuestra comprensión. Los procedimientos de apriete anterior, como el procedimiento Putti-Platt o Magnuson-Stack, así como una reparación de Bankart ajustada, resultan en una pérdida de rotación externa y elevación máxima. Además, este tipo de intervención quirúrgica crea mayores cargas articulares posteriores y subluxación anormal de la cabeza humeral posteroinferior, lo que lleva a dolor y artrosis. Los procedimientos de capsulorrafia anatómica producen una mecánica articular más normal. Los estudios actuales y futuros evaluarán nuevas técnicas de capsulorrafía artroscópica.