La prevención de la sepsis por catéter radica en una comprensión sólida de las rutas a través de las cuales los catéteres se contaminan. El cubo de catéter ha sido reconocido como un portal para microorganismos causantes de sepsis de catéter, particularmente en catéteres venosos centrales insertados para > 1 semana. Las bacterias y los hongos pueden llegar a la superficie interna del conector del catéter durante la manipulación por el personal del hospital y luego colonizar todo el lumen del catéter. La contaminación endoluminal tiene implicaciones diagnósticas, terapéuticas y preventivas. Algunos enfoques preventivos tradicionales (cuidado del sitio, manguitos y túneles subcutáneos, barreras asépticas máximas en el momento de la inserción del catéter y revestimiento antiséptico o antibiótico externo) pueden fallar porque se centran únicamente en la piel como fuente de bacterias. La sepsis del catéter relacionada con el cubo se puede prevenir mediante la manipulación aséptica del cubo, la protección adecuada de la unión y la reducción del número de lúmenes del catéter, puertos laterales, llaves de paso de tres vías y cambios de los equipos de infusión. Los sistemas sin agujas deben evaluarse en función de su seguridad en la prevención de la contaminación endoluminal. Se ha desarrollado un nuevo cubo de catéter desinfectante que incorpora una barrera antiséptica y ha reducido la sepsis de catéter relacionada con el cubo en más de un 90%. La vía endoluminal de la contaminación intravascular del catéter debe tenerse en cuenta al diseñar estrategias para el diagnóstico y la prevención de la sepsis relacionada con el catéter.