Posibles causas del cáncer de páncreas

Expertos en oncología e investigadores reconocen que actualmente no están en disposición de identificar cuáles son las causas del cáncer de páncreas, por lo que prefieren hablar de factores de riesgo o de incidencia (genético, edad, sexo, raza, tabaquismo, alimentación, sufrir diabetes o pancreatitis crónica, haber sido sometido a cirugía del estómago o haber estado expuesto a ciertos productos químicos).
1. De todos ellos, los estudios parecen indicar que el factor genético es, por el momento, candidato a convertirse en causa de que se desarrolle un tumor pancreático. Los importantes avances alcanzados en el conocimiento de los cambios o mutaciones que se producen en el ADN de las personas indican que podrían ser éstos los responsables de que las células del páncreas se transformen en cancerosas. Por tanto, es posible que los cambios en el ADN heredados de una generación a otra aumenten el riesgo no sólo desarrollar este tipo de cáncer, sino incluso otros, ya que comportan la activación de oncogenes (cancerosos) o la desactivación de genes supresores de tumores.
Las mutaciones adquiridas, por su parte, pueden deberse a sustancias químicas cancerígenas que se encuentran en el ambiente, a la dieta o al hábito de fumar. Aunque también es cierto que algunas veces se producen sin razón aparente.
2. Otro de los factores que parecen confirmarse es que el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas aumenta con la edad (especialmente a partir de los 50 años). La mayoría de los pacientes tienen entre 60 y 80 años en el momento de ser diagnosticados.
3. La probabilidad de desarrollar cáncer de páncreas también varía según el sexo: es un 30% más elevada en los hombres que en las mujeres.
4. El efecto que pueda tener la raza del individuo no puede desligarse de otros factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, pero las estadísticas muestran que las personas de raza negra tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de páncreas que las personas de raza blanca o asiática.
5. El riesgo de cáncer de páncreas aumenta también entre los adictos al tabaco (se estima que alrededor del 30% de los casos puede ser resultado directo del hábito de fumar cigarrillos).
6. Así mismo, la alimentación también se ha mostrado importante: una dieta rica en carne y grasas aumenta el riesgo, mientras que las frutas, verduras y alimentos que contienen fibra parecen tener un efecto protector. Las investigaciones más recientes no han podido confirmar, sin embargo, la incidencia del consumo de café y alcohol en este tipo concreto de cáncer.
7. El cáncer de páncreas es más común en personas que padecen diabetes, aunque los expertos desconocen la razón de dicha posible asociación.
8. La pancreatitis crónica o inflamación persistente del páncreas, a su vez, también se asocia con el aumento del riesgo de desarrollar cáncer en este órgano, ante la evidencia de que algunas familias presentan cierta tendencia a sufrir pancreatitis crónica, que se cree que puede deberse a una mutación genética heredada. Así, este factor de riesgo enlaza con el primero, exponiendo la posibilidad de que el responsable sea el gen que se encarga de fabricar cierta enzima digestiva.
9. Algunas operaciones quirúrgicas estomacales llevadas a cabo para tratar úlceras de estómago o intestino delgado también pueden aumentar el riesgo de cáncer de páncreas, aunque las razones son aún desconocidas.
10. La exposición intensa a ciertos productos químicos (pesticidas, colorantes y sustancias químicas relacionadas con la gasolina) se consideran factores de riesgo laborales ante la posibilidad de desarrollar este cáncer.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de páncreas?
Los signos del cáncer pancreático son similares a los que se observan en muchas otras enfermedades y pueden no presentarse en las primeras etapas de la enfermedad. Más del 90% de los pacientes presentan generalmente:
-dolor en la región superior o media del abdomen
-ictericia (piel amarillenta)
-pérdida de peso
-náuseas
Otros síntomas que también pueden aparecer, según los casos son:
-pancreatitis aguda (inflamación del páncreas)
-diabetes mellitus
Por otra parte, en el caso específico de que el páncreas fabrique más cantidad de hormonas de lo necesario, pueden darse:
-debilidad
-diarrea
-espasmos
La aparición de la ictericia o el dolor pueden ir precedidos de molestias en el abdomen superior, dificultando el diagnóstico precoz de esta enfermedad.
¿Cómo se detecta el cáncer de páncreas?
Si se tienen síntomas, el médico hace un reconocimiento y ordena pruebas para ver si hay cáncer y determinar cuál debe ser el tratamiento:
-Se puede hacer una ecografía o prueba de ultrasonido (se utilizan ondas sonoras para detectar tumores).
-También puede hacerse una tomografía axial computerizada (TAC), un tipo especial de radiografía con la que se obtiene, mediante ordenador, una imagen del interior del abdomen.
-Otro examen especial que podría hacerse es la resonancia magnética (RM), que utiliza ondas magnéticas para crear una imagen del interior del abdomen, y ver si el cáncer está obstruyendo de manera parcial el riego sanguíneo de algún órgano no afectado.
-Otra opción es hacerse una prueba llamada colangiopancreatografía retrógrada endoscópica. Esta prueba consiste en introducir por la garganta un tubo flexible que pasa a través del estómago y llega al intestino delgado. El médico puede mirar por el tubo e inyectar un colorante para que el área pueda verse con mayor claridad en una radiografía.
-También puede introducir una aguja fina en el páncreas para extraer algunas células. Este procedimiento se conoce como biopsia. Las células pueden observarse después en el microscopio.
-La colangiografía transhepática percutánea es otra prueba que ayuda a detectar el cáncer de páncreas. Se introduce una aguja delgada en el hígado por el lado derecho y se inyecta colorante en los conductos biliares del hígado para que se puedan ver los bloqueos en la radiografía.
-También es posible que se precise cirugía. De ser así, el médico hará un corte en el abdomen y observará el páncreas y los tejidos que lo rodean para detectar la presencia de cáncer. Si existe un cáncer y no parece haberse propagado a otros tejidos, el médico puede extirpar el tumor.

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