Como preparación para el Día Mundial del Cáncer de Ovario este domingo, compartimos con ustedes una fascinante avenida de investigación que busca dirigirse a las partes masculinas de los tumores de ovario, como una posible nueva línea de terapia
cáncer, una enfermedad que es la quinta causa principal de muerte relacionada con el cáncer en las mujeres. Quizás, aún más peculiar, los genes responsables de producir estas proteínas asociadas masculinas se encuentran principalmente en el cromosoma X femenino (todos los hombres llevan una copia), pero normalmente solo se activan en hombres donde mantienen los testículos sanos. Científicos de la Universidad de Bangor, patrocinados por Cancer Research Wales, han analizado los perfiles genéticos de más de 1.500 tumores de todos los pacientes con cáncer y han descubierto que los mismos genes masculinos se activan de forma inapropiada en el tejido canceroso de ovario, donde se cree que contribuyen al crecimiento y la propagación del tumor.
Dr. Ramsay McFarlane
El Dr. Ramsay McFarlane y su equipo de Bangor están aplicando la información obtenida de su estudio de estas moléculas de cáncer asociadas a los testículos de varias maneras diferentes para ayudar a mejorar el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de ovario. Un enfoque está dirigido a desarrollar perfiles biológicos, denominados «biomarcadores» específicos para tumores individuales, para ayudar a predecir mejor si las terapias convencionales, como la cirugía y la quimioterapia convencional, tienen probabilidades de tener éxito. Esto ayudará a identificar a ciertas mujeres que pueden requerir una mayor vigilancia posterior al tratamiento o que pueden beneficiarse de una de las terapias moleculares dirigidas más nuevas, como Avastin o Orlapinib, ambas indicadas para su uso en formas avanzadas y agresivas de cáncer de ovario.
El hallazgo de que las proteínas asociadas a los testículos se limitan únicamente al tejido tumoral de la mujer y no al tejido sano normal, como cabría esperar, las convierte en un fármaco muy atractivo para el desarrollo de nuevos tratamientos para el cáncer de ovario, ya que solo las células cancerosas que producen proteínas de los testículos masculinos se verían afectadas y destruidas. Tal estrategia terapéutica representaría esencialmente un éxito limpio para el tratamiento del cáncer de ovario, ya que se evitaría el tejido sano normal, lo que ayudaría a reducir los efectos secundarios. Siguiendo esta pista, los científicos de Bangor están estudiando la estructura molecular muy fina de las moléculas de cáncer asociadas a los testículos para ayudar a crear nuevos medicamentos anticancerosos y diseñar terapias potenciales que puedan activar el sistema inmunitario para erradicar el cáncer de ovario.