La lechada química transforma los suelos granulares en masas similares a arenisca llenando los huecos con una lechada de baja viscosidad sin partículas. Las arenas con bajo contenido de finos son las más adecuadas para esta técnica. Por lo general, una tubería de puerto de manguito se inyecta primero en un orificio perforado previamente. La lechada química se inyecta bajo presión a través de los puertos. La lechada impregna el suelo y se endurece, creando una masa similar a la arenisca. El suelo lechado tiene mayor resistencia, rigidez y permeabilidad reducida.
La lechada química ofrece las ventajas de realizarse fácilmente donde el acceso y el espacio son limitados, y donde no se requiere una conexión estructural con la base que se sustenta. Una aplicación común de la lechada química es proporcionar soporte de excavación y apuntalamiento de estructuras existentes adyacentes a una excavación. Por lo general, se puede lograr sin interrumpir las operaciones normales de las instalaciones.
El equipo de lechada química es adecuado para aplicaciones de tunelización en entornos urbanos, ya sea para estabilizar el suelo alrededor de roturas o roturas, o para mitigar el asentamiento de estructuras superpuestas bajo la influencia de la alineación del túnel.