El informe de Human Rights Watch de 2011 expuso el hecho de que los anacardos producidos en Vietnam, un importante importador, eran esencialmente el producto del trabajo forzado de los detenidos en los llamados centros de tratamiento de drogas. Los» pacientes «en estos centros hablaron de ser golpeados, recibir descargas eléctricas, encerrados en» cuartos de castigo», cobrados por su habitación y comida, y hechos para descascarar al menos 5 kilogramos de anacardos por día (eso es 4,800 nueces). Este trabajo no solo era más que monótono, sino que también era extremadamente incómodo e irritante, no solo para la piel, sino también para los pulmones. Los guantes y las máscaras rara vez estaban disponibles, y cuando lo estaban, se obligaba a los trabajadores a comprarlos con sus propios fondos.
Quartz dice que Vietnam ya no utiliza centros de tratamiento de drogas como plantas de procesamiento de anacardo y también informa que ese país ha podido mecanizar el proceso de procesamiento de anacardo en cierta medida, lo que reduce el número de seres humanos que sufren daños dermatológicos y respiratorios. Sin embargo, la mecanización es muy costosa, por lo que la mayoría de los productores de anacardos todavía dependen principalmente del trabajo manual, y los trabajadores de anacardos en Vietnam e India (otro importante productor de anacardos) también han sido objeto de varias violaciones de derechos, incluido el abuso sexual y el trabajo infantil.