Rosinger y sus colegas analizaron los datos disponibles de dos grandes estudios: la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición y el Estudio Chino de Kailuan.
En general, los investigadores examinaron los registros de más de 20,000 adultos jóvenes sanos, que habían proporcionado muestras de orina y completado cuestionarios sobre sus hábitos de sueño.
Los científicos examinaron la orina en busca de dos marcadores de deshidratación: gravedad específica y osmolalidad. Rosinger y el equipo también aplicaron modelos de regresión logística para evaluar el vínculo entre la hidratación y la duración del sueño.
Encontraron que las personas que dormían regularmente 6 o menos horas por noche tenían orina más concentrada que las que dormían aproximadamente 8 horas por noche. «La corta duración del sueño se asoció con mayores probabilidades de hidratación inadecuada en adultos chinos y chinos, en comparación con dormir 8 horas», explican los autores.
Más específicamente, las personas que informaron que dormían regularmente durante 6 horas o menos cada noche tenían entre un 16 y un 59 por ciento más de probabilidades de estar deshidratadas que aquellas que dormían 8 horas por noche. Estos resultados se aplicaron a ambas muestras poblacionales.
Finalmente, el estudio no encontró asociación con dormir 9 o más horas por noche.