Aunque obviamente sería imposible contar una historia matizada de Los Cabos basada únicamente en los números de población, estas cifras sugieren con bastante elegancia el gran barrido – los altos y bajos devastadores-de la historia local.
Cuando el primer asentamiento europeo permanente en la península de Baja California fue establecido por misioneros jesuitas en Loreto en 1697, había apenas 10 europeos y se estimaba que había 50.000 habitantes indígenas. Estos últimos comprendían tres grupos tribales principales, uno de los cuales eran los Pericues, pueblos nómadas cuya distribución territorial incluía prácticamente todo el actual municipio de Los Cabos.
La primera misión jesuita se construyó en San José del Cabo en 1730, y para 1799 la comunidad había crecido a unos 389 habitantes. Cabo San Lucas, a pesar de ser un puerto importante del siglo XVI, no se estableció ni se estableció en granjas hasta la década de 1820. En 1835, cuando un cirujano y naturalista inglés llamado Frederick Debell Bennett visitó Cabo San Lucas, el pequeño pueblo tenía solo unos 30 residentes.
En 1851, la población peninsular había disminuido a unos 7.000. Los nativos habían perecido en gran parte debido a enfermedades introducidas por los europeos, y muchos de los colonizadores españoles se habían ido después de la Guerra México–Estadounidense, o debido al descubrimiento posterior de oro en el antiguo territorio mexicano de la Alta California.
En 1900, sin embargo, la población peninsular se había recuperado a casi 50.000, o aproximadamente el número de personas que habían vivido allí antes de la afluencia europea. Después de cinco años de sequía en fin de siglo, San José prosperó como comunidad agrícola y ganadera a principios del siglo XX, y al comienzo de la Revolución Mexicana en 191o contaba con 4,300 residentes. La vecina San Lucas, incluso con la introducción de una fábrica de conservas productiva, mantuvo una población estable de alrededor de 300 almas en 1955.
La era del turismo en Los Cabos comenzó efectivamente con la apertura del Hotel Rod Rodriguez Las Cruces Palmilla (en el sitio del actual&Solo Palmilla) en 1958. Desde ese punto, la flecha demográfica se disparó hacia arriba. Cabo San Lucas creció de 300 a 16,059 en 1990; a 28,483 en 1995; y para 2010 había llegado a 68,464 residentes. El crecimiento en San José del Cabo no fue tan espectacular, pero a partir de 2010 conservó su ventaja tradicional sobre su hermana del cabo, con 69.788 habitantes.
El municipio de Los Cabos en su conjunto, que consiste en las ciudades del cabo y su corredor de conexión, más el Cabo Oriental y pequeños pueblos como Santiago y Miraflores, pasó de 10,000 residentes en 1970 a un máximo histórico de 287,671 en 2015.
Se espera que estas cifras aumenten para mantener el ritmo del actual auge de la construcción, en el que la capacidad hotelera está aumentando en aproximadamente un 35% en un período de tres años. Pero lo alto que llegarán en última instancia es una historia que todavía está en progreso.
Imagen de los jesuitas convirtiendo los Pericues nativos cortesía del Museo de Historia Natural de Cabo San Lucas.
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