A medida que las inmunoterapias se vuelven cada vez más importantes en el tratamiento de diversos cánceres, el monitoreo de la respuesta inmunitaria para reflejar la eficacia de la terapia también se vuelve cada vez más importante. Anteriormente, las respuestas humorales específicas para antígenos tumorales en pacientes que recibían vacunas para el linfoma folicular de grado bajo (LF) se correlacionaban con los desenlaces clínicos, como la regresión tumoral, la remisión molecular, la supervivencia sin progresión (SSP) y la supervivencia general (SG). Por el contrario, las respuestas inmunitarias de células T han sido difíciles de validar. Los ensayos de proliferación de células T, en su mayoría, miden las respuestas de las células T CD4; mientras que las células T CD8 pueden ser los efectores importantes generados por las inmunoterapias. Sin embargo, los ensayos diseñados para medir células T CD8, p. ej. los ensayos CTL de liberación de cromo, y los ensayos ELISPOT de IFN-γ y citometría de flujo intracelular, son difíciles de hacer reproducibles. Para abordar este problema, se obtuvieron PBL de pacientes con LF, criopreservadas y descongeladas, y luego se usaron para diseñar un método estandarizado para la detección de IFN-γ intracelular por citometría de flujo. El estímulo combinado de anticuerpos solubles anti-CD3 y anti-CD28 proporciona una estimulación robusta, típicamente alrededor del 5% de las células T CD8+ del PBL normal responden. Mediante el uso de un panel de líneas celulares de linfoma de células B irradiadas como estimuladores, demostramos que, en promedio, el 1-2% de estas células T eran capaces de generar una respuesta en este ensayo. Sorprendentemente, las células T del LPB CD8+ de varios pacientes con LF fueron más sensibles a la estimulación combinada anti-CD3 y anti-CD28, así como a la aloestimulación, 15-22% y 2-6%, respectivamente. Esta respuesta se acompañó de la expresión superficial de CD107, un marcador sustituto para la degranulación de CTL, en la misma población de células que se demostró mediante citometría de flujo multicolor. Tanto la respuesta IFN-γ como la respuesta CD107 fueron inhibidas por un anticuerpo anti-clase I, W6/32, lo que sugiere una respuesta mediada por receptores de células T restringidos de clase I. Además, en momentos posteriores, estas células T también regularon el CD137 en su superficie. Esta molécula de activación se regula al alza en las células T CD8 en respuesta al reconocimiento de antígenos específicos y proporciona una señal antiapoptótica a las células. En conclusión, la competencia inmunitaria de las células T CD8 aisladas de pacientes con FL puede evaluarse mediante aloestimulación mediante un panel de líneas celulares de linfoma de células B. Más importante aún, la correlación por citometría de flujo de 3 indicadores independientes de respuesta (IFN-γ, CD107 y CD137) dentro de poblaciones individuales de células a la aloestimulación y al objetivo específico, puede conducir a una mejor comprensión del papel de las células T en la respuesta inmunitaria. En última instancia, estas respuestas deberán validarse con los resultados de los pacientes en los ensayos clínicos de vacunas para el linfoma.