La hemofiltración arteriovenosa continua (HCA) es un método sencillo, seguro, económico y que ahorra personal para el tratamiento de pacientes urémicos. Desde la introducción del CAVH en 1977, más de 200 pacientes han sido tratados con este método en nuestro hospital. En el presente trabajo se presenta el método y nuestras experiencias durante la aplicación clínica. El hemofiltro se coloca en una derivación extracorpórea entre los femorales A y V. La canulación de estos vasos se realiza mediante una técnica de Seldinger modificada utilizando un catéter disponible en el mercado. Durante la hemofiltración, se perfunde heparina en la vía arterial a una velocidad de 10 UI/kg. h. El filtrado se sustituye total o parcialmente por soluciones nutritivas, enterales o parenterales, y por una solución intravenosa de lactato de Ringer libre de potasio, de acuerdo con el equilibrio de líquidos requerido. En la mayoría de los casos, la tasa de sustitución de filtrado será lo suficientemente alta como para compensar la insuficiencia renal, por lo que no serán necesarios los métodos convencionales de diálisis. La experiencia clínica hasta la fecha permite las siguientes conclusiones: control óptimo del equilibrio hídrico y electrolítico; nutrición parenteral ilimitada, extracción continua de líquidos mejor tolerada que la retirada intermitente por diálisis; bajo riesgo de sangrado local con técnica de punción experta de los vasos femorales. La administración continua de heparina a dosis bajas en la vía arterial es suficiente para la anticoagulación extracorpórea. Ahorro de gastos: Sin costes de inversión para máquinas; personal de diálisis especialmente capacitado es superfluo.