No importa en qué disciplina de arte marcial se involucre, no pasa mucho tiempo antes de que los practicantes entren en contacto con la fuerza aparentemente misteriosa conocida como «Chi». Este concepto de energía es inherente a todas las artes marciales tradicionales.
los chinos lo llaman Chi o Qi; en Japón Ki; en India Prana. Como sea que llamen a esta fuerza vital de energía intrínseca, su poder potencial está en todos los seres humanos.
El Chi es invisible, pero sus efectos se pueden demostrar físicamente. Los artistas marciales realizan tareas aparentemente imposibles con considerable facilidad al aprovechar su energía Chi, la fuerza vital universal.
La mente y el intelecto occidentales trabajan en el razonamiento. El Chi desafía a la razón, ya que el objeto de la razón es dudar. Dudar del poder de la fuerza Chi es invalidar la posibilidad de entenderla y usarla. Cuando la duda ha desaparecido y la mente se deja en un estado receptivo, se permite que la energía Chi fluya naturalmente y sea controlada.
En casos extremos de emergencia, cuando la mente ha perdido la razón y el pánico ha tomado su lugar, las personas que no saben nada sobre el Chi pueden usarlo sin saber que lo están haciendo. Hay muchas historias de personas que se dice que tienen la fuerza de diez, cuando están enojadas o angustiadas.
La práctica de artes marciales permite al estudiante desarrollar y aumentar sus reservas de energía Chi al construir un cuerpo sano y en forma física. La energía Chi es cultivada por una disciplina hacia el control corporal, los hábitos alimenticios saludables y el ejercicio de control. Los ejercicios de artes marciales se consideran más adecuados para el desarrollo del poder Chi, ya que fomentan la coordinación y la respiración, lo que conduce a la sincronización de la mente y el cuerpo. Estos aspectos importantes conducen a una conciencia inicial del Chi. La mente y el cuerpo tienen que operar al unísono en un intento de alcanzar la armonía interior, un estado en el que la actitud emocional es tranquila y confiada.
El cuerpo actúa como un imán, atrayendo las fuerzas de la vida de la energía Chi que circula alrededor del cuerpo, esperando ser aprovechada y canalizada para el uso correcto. Poder de Chi puede