El estrés severo está causando que un número creciente de personas busque ayuda para problemas de memoria autopercibidos, según una investigación realizada en la unidad de memoria del Hospital Universitario Sahlgrenska en Suecia.
Se estima que un tercio de los pacientes que acuden a la unidad no tienen signos objetivos de problemas cognitivos, lo que llevó a la psicóloga Marie Eckerström, PhD, a investigar más sobre la población, como parte de su tesis en la Academia Sahlgrenska. Después de seguir a varios cientos de estos pacientes durante un promedio de 4 años, descubrió que solo 1 de cada 10 desarrolló demencia.
«No se trata de cualquiera que tenga problemas ocasionales de memoria en la vida cotidiana», aclaró. «Es más una cuestión de individuos que buscan atención médica para investigar si están desarrollando problemas graves.»
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Estos pacientes tienden a ser profesionales altamente educados en sus 50 años que sienten que su memoria no funciona bien en su entorno diario. Sin embargo, cuando se someten a pruebas hospitalarias, su función cognitiva está intacta.
«Descubrimos que los problemas de estrés eran muy comunes», dijo la Dra. Eckerström. «Los pacientes a menudo nos dicen que viven o han vivido con estrés severo durante un período prolongado de tiempo y esto ha afectado sus funciones cognitivas hasta tal punto que se sienten enfermos y están preocupados por ello. En algunos casos, esto se combina con un familiar cercano con demencia, lo que le da al paciente más conocimiento, pero también aumenta su preocupación.»
Siete de cada 10 de estos pacientes, dijo, tuvieron experiencias de estrés severo, agotamiento clínico o depresión. Sin embargo, cuando se les diagnosticó que no tenían deterioro de la memoria, la unidad de memoria los descargó.
«Investigamos principalmente las sospechas de demencia», explicó. «Si somos capaces de descartar esto, entonces el paciente no se queda con nosotros. Pero no hay tantos lugares a los que estos pacientes puedan acudir, y parecen caer entre las grietas.»
—Jolynn Tumolo