Actualizado el 8 de abril de 2020
Cuidar a los pacientes al final de la vida es un privilegio que se basa profundamente en el compromiso de los médicos para aliviar el sufrimiento. El hecho de que se hayan invocado las normas de atención de crisis durante un brote pandémico no debe ocultar la importancia de garantizar que todos los pacientes que llegan al final de la vida reciban la atención de apoyo adecuada.
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El Código de Ética Médica de la AMA aborda cuestiones clave al final de la vida en:
- Opinión 5.3, Retención o Retirada del Tratamiento de Soporte Vital
- Opinión 5.5, Intervenciones Médicamente Ineficaces
- Opinión 5.6, Sedación hasta la Inconsciencia en la Atención al Final de la Vida
Opinión 5.3 reconoce que las decisiones de retener o retirar las intervenciones de soporte vital pueden emocionalmente desafiante para todos los involucrados. Recuerda a los médicos que los pacientes que tienen capacidad para tomar decisiones tienen el derecho de rechazar a sabiendas la atención que salva vidas, incluso en contra de las recomendaciones del médico. Cuando los pacientes no pueden participar en la toma de decisiones, sus sustitutos pueden tomar tales decisiones en su nombre.
Idealmente, los pacientes habrán discutido sus preferencias y objetivos de atención con sus médicos (y madres sustitutas) antes de tomar una decisión con urgencia. Cuando un paciente tiene una directiva anticipada, las preferencias establecidas en la directiva deben regir las decisiones de atención.
A menudo, sin embargo, los pacientes no han pensado mucho en qué cuidados querrán o no al final de la vida. En tales casos, los médicos deben «obtener los valores, los objetivos de atención y las preferencias de tratamiento del paciente» y registrar esas preferencias en el registro médico.
La decisión de suspender o retirar el tratamiento de soporte vital no es una decisión de suspender o retirar la atención por completo. Opinión 5.2 requiere que los médicos » aseguren al paciente y / o a la madre sustituta que se le proporcionará toda la atención médica apropiada, incluidos los cuidados paliativos agresivos, el manejo adecuado de los síntomas, si eso es lo que desea el paciente.»
Cuando resulta imposible manejar adecuadamente los síntomas a pesar de los vigorosos esfuerzos de cuidados paliativos, para algunos pacientes terminales una opción de último recurso es la sedación hasta la inconsciencia. Opinión 5.6, «Sedación hasta la Inconsciencia en la Atención al Final de la Vida», indica a los médicos que reserven esta opción «a los pacientes en las etapas finales de una enfermedad terminal» y que se aseguren de que se hayan agotado las opciones de cuidados paliativos apropiados y específicos para los síntomas, idealmente en consulta con un equipo de especialidades múltiples. El paciente, o el sustituto, debe dar su consentimiento informado antes de que se administre la sedación y la decisión se registre adecuadamente en la historia clínica.
Para obtener orientación sobre la toma de decisiones de madres sustitutas, la planificación anticipada de la atención y el uso de directivas anticipadas, consulte la Opinión 2.1.2,» Decisiones para Pacientes Adultos que Carecen de Capacidad», Opinión 5.1, «Planificación Anticipada de la Atención» y Opinión 5.2, «Directivas Anticipadas», respectivamente.