Charles Dickens

Charles John Huffam Dickens fue un escritor y crítico social inglés. Creó algunos de los personajes de ficción más memorables del mundo y es generalmente considerado como el mejor novelista de la época victoriana. Durante su vida, sus obras disfrutaron de una fama sin precedentes, y en el siglo XX su genio literario fue ampliamente reconocido por críticos y estudiosos. Sus novelas y cuentos siguen siendo muy populares. Nacido en Portsmouth, Inglaterra, Dickens se vio obligado a dejar la escuela para trabajar en una fábrica cuando su padre fue arrojado a la prisión de deudores. Aunque tenía poca educación formal, su empobrecimiento temprano lo llevó a tener éxito. A lo largo de su carrera editó un diario semanal durante 20 años, escribió 15 novelas, cinco novelas cortas y cientos de cuentos y artículos de no ficción, dio conferencias y realizó numerosas presentaciones, fue un escritor infatigable de cartas y realizó campañas vigorosas por los derechos de los niños, la educación y otras reformas sociales.

Dickens saltó a la fama con la publicación en serie de 1836 de The Pickwick Papers. En pocos años se había convertido en una celebridad literaria internacional, famosa por su humor, sátira y aguda observación del carácter y la sociedad. Sus novelas, la mayoría publicadas en entregas mensuales o semanales, fueron pioneras en la publicación en serie de ficción narrativa, que se convirtió en el modo victoriano dominante para la publicación de novelas. El formato de la entrega permitió a Dickens evaluar la reacción de su audiencia, y a menudo modificó su trama y el desarrollo de su personaje en función de dichos comentarios. Por ejemplo, cuando el podólogo de su esposa expresó su angustia por la forma en que la señorita Mowcher en David Copperfield parecía reflejar sus discapacidades, Dickens continuó mejorando el personaje con rasgos positivos. Sus tramas fueron cuidadosamente construidas, y Dickens a menudo entretejía elementos de acontecimientos de actualidad en sus narrativas. Masas de pobres analfabetos gastaron en ha’pennies para que cada nuevo episodio mensual se les leyera, abriendo e inspirando a una nueva clase de lectores.

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