La chalasia es una afección que se identifica con mayor frecuencia en lactantes y niños pequeños, y está relacionada con la incompetencia congénita del esfínter esofágico inferior, lo que permite el reflujo irrestricto del contenido gástrico. Esto contrasta con la acalasia, donde hay una restricción en la unión gastro-espágica que limita el vaciado esofágico.
Presentación clínica
La chalasia se sospecha en niños de varios meses de edad que presentan regurgitación frecuente y persistente después de la alimentación y cuando se colocan en posición horizontal.
A medida que los bebés maduran y obtienen un mejor control neuromuscular y coordinación, normalmente el tono del esfínter aumenta gradualmente reduciendo la regurgitación. La persistencia del reflujo y los vómitos después de varios meses de edad es anormal y la chalasia se convierte en una preocupación.
Los niños afectados suelen ser poco comunes, aparte de los síntomas relacionados con la chalasia, pero pueden tener una predisposición familiar o pueden tener un deterioro neurológico predisponente con la chalasia como complicación.
Complicaciones
La esofagitis por reflujo puede provocar dolor, pérdida de sangre y estenosis esofágicas. A medida que la afección persiste, los vómitos continuos pueden llevar a un retraso en el crecimiento, anemia, complicaciones respiratorias y, en raras ocasiones, síndrome de muerte súbita del lactante.