¿Celulitis simple o una infección más grave?

Una mujer de 54 años de edad ingresó en el servicio de urgencias con una pierna derecha hinchada, fiebre y estado mental alterado. Su familia la trajo después de encontrarla confundida y aletargada. Tenía incontinencia de heces y orina y se quejaba de un sarpullido con ampollas en el muslo derecho. La paciente había notado un grano en la ingle más de 5 días antes; en los últimos días se ha estado quejando de un dolor creciente en las piernas. Relató a sus hermanas que tenía una cita con su ginecólogo en los próximos días para que le drenaran la lesión.

El paciente no tenía fiebre, dolor en el pecho, dificultad para respirar, náuseas o vómitos. Su historial médico incluyó diabetes mellitus tipo 2, hipertensión y atrofia cortical con retraso mental leve. She had been living independently in her own apartment, and was last seen by her sisters 6 days before with no apparent complaints. Había estado en silla de ruedas durante 6 meses debido a una fractura de tobillo de la que no ha podido rehabilitarse por completo.

Los medicamentos que estaba tomando incluían gliburida, raloxifeno (Evista) y furosemida (Lasix). La historia quirúrgica fue significativa solo para una colecistectomía. No fumaba ni bebía alcohol. Al presentarse al servicio de Urgencias, parecía enferma, con una presión arterial de 124/50 mm Hg, pulso de 110, frecuencia respiratoria de 18 y temperatura de 102°F. El azúcar en la sangre por punción en el dedo era de 573. Ella era capaz de responder preguntas simples, pero no estaba orientada al tiempo o al lugar. Su piel estaba caliente y seca. El examen torácico reveló pulmones limpios con taquipnea y soplo sistólico de 2/6. Su abdomen era ligeramente obeso, suave, y no era agradable con sonidos intestinales normales y una incisión en el cuadrante superior derecho bien curada. Su examen genitourinario reveló un drenaje purulento en la ingle cerca de su vulva.

Su pierna derecha estaba marcadamente hinchada, eritematosa y tenía una decoloración de color rojo parduzco que se extendía desde la ingle circunferencialmente hasta la rodilla. La piel tenía una sensación de «madera» cuando se palpaba y había bullas grandes (FIGURA 1).

La decisión de obtener radiografías de la pelvis y el fémur se realizó para evaluar la extensión de la infección (FIGURAS 2 Y 3).

la FIGURA 1
la Celulitis en la pierna

La pierna derecha del paciente, mostrando la extensión de su celulitis.

FIGURA 2
Radiografía del muslo y la cadera

Observe la presencia del gas de tejido blando que se extiende hasta la pelvis del paciente.

FIGURA 3
Radiografía de rodilla

Observe el gas que rastrea la pierna del paciente, áreas pasadas de celulitis obviamente clínica.

¿Cuál es el diagnóstico diferencial para este paciente?¿Qué pruebas podrían ayudar a delinear la extensión de su infección?

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