La mayoría de nosotros hemos experimentado un calambre muscular o un «Caballo Charley» en un momento u otro. Pueden ser muy molestos porque no solo duelen, sino que uno malo te puede poner al margen. Entonces, ¿qué son y cómo se pueden tratar y prevenir?
Un calambre es una contracción muscular forzada involuntaria o espasmo que no se relaja. Cualquier músculo bajo control voluntario (músculo esquelético) puede sufrir un calambre. Los músculos que cruzan una articulación son más propensos a los calambres y los grupos musculares grandes en las piernas son los más comunes, incluidas las pantorrillas (gastrocnemio), los muslos (cuádriceps) y los tendones de la corva. Los calambres en los pies, las manos, el abdomen y la caja torácica también son muy comunes.
¿Quién tiene calambres?
Ciertamente, cualquiera puede tener un calambre, pero algunas personas son más propensas que otras. ¡Puede ocurrir durante la actividad o durante el descanso o incluso mientras duerme!
Los calambres asociados con el esfuerzo por calor son más comunes en bebés y niños pequeños, personas mayores de 65 años, personas enfermas y si toman ciertos medicamentos durante la actividad o el trabajo.
¡Por supuesto, los atletas también pueden tener calambres! Los atletas de resistencia, como los maratonistas y triatletas, son más propensos a tener calambres. Los atletas también están en riesgo en la pretemporada y al principio de la temporada porque los músculos no están condicionados y se fatigan más fácilmente. Otro grupo que a menudo tiene calambres son los atletas mayores o los «guerreros de fin de semana». Esto se debe a que a medida que envejecemos, la pérdida muscular (atrofia) comienza a ocurrir y nuestros músculos no pueden trabajar tan duro o rápido como solían hacerlo. El cuerpo también pierde parte de su sensación de sed y no es tan sensible a los cambios de temperatura.
¿Qué causa los calambres?
Aunque se desconoce la causa exacta de los calambres musculares, la mayoría de los investigadores creen que es el resultado de un mal acondicionamiento muscular y fatiga. El estiramiento inadecuado, el trabajo intenso en calor intenso y el agotamiento del líquido con desequilibrio electrolítico también pueden provocar calambres debido a un aumento de la «excitabilidad»muscular.
La mayoría de los calambres musculares son benignos y autolimitados. Sin embargo, podrían estar relacionados con una afección médica grave si no responden a un tratamiento simple y no están relacionados con el ejercicio extenuante. Los calambres persistentes o inusuales podrían estar relacionados con problemas hormonales, mala circulación o posibles efectos secundarios de medicamentos comunes como medicamentos para la presión arterial, medicamentos para reducir el colesterol y diuréticos. Más información sobre los medicamentos en NYGoodHealth. Las enfermedades médicas más graves, como la enfermedad de Lou Gehrig, la compresión del nervio espinal (radiculopatía), la enfermedad tiroidea y la cirrosis hepática, a veces pueden presentarse con calambres musculares.
Prevención y tratamiento
Para evitar los calambres, trabaje para mejorar su estado físico general. Sea consistente con su rutina de ejercicios. Siempre comience con un período de calentamiento y asegúrese de incorporar estiramiento y flexibilidad. Manténgase bien hidratado y reemplace los electrolitos perdidos.
el Tratamiento es bastante básico. ¡Seguir estas técnicas simples debería hacer el truco!
- Detenga la actividad y descanse
- Masajee suavemente y estire el músculo
- Aplique hielo inicialmente. Después de la actividad, el calor aumentará el flujo sanguíneo y mejorará la recuperación
- Reponerse con hidratación electrolítica
- Volver a la actividad cuando esté descansado y sin dolor
¡No deje que los calambres arruinen su juego! ¡Sé inteligente, escucha a tu cuerpo y ten cuidado ahí fuera!