Cuando la mayoría de las personas piensan en Botox, generalmente lo consideran un procedimiento cosmético para reducir la apariencia de arrugas. Sin embargo, las inyecciones de botox podrían ser un tratamiento valioso para algunas personas con parálisis cerebral. Recientemente, el Sydney Morning Herald de Australia publicó una historia sobre el uso de inyecciones de Botox en el Centro Médico Monash para ayudar a los niños con problemas de desarrollo muscular. Cuando se combinan con la terapia ocupacional, las inyecciones de botox parecen ser una opción de tratamiento valiosa para los niños con parálisis cerebral.
Mejora de la función muscular
Una inyección de Botox bloquea los mensajes químicos del cerebro al lugar de la inyección. Muchos niños con parálisis cerebral sufren de rigidez muscular, rigidez articular y un rango de movimiento limitado. Las inyecciones hacen que los músculos en el área objetivo sean más flexibles, ofreciendo al niño la oportunidad de participar en juegos y practicar habilidades motoras finas que de otro modo serían demasiado difíciles. En última instancia, las inyecciones de botox pueden ayudar a los niños con parálisis cerebral a usar y fortalecer los músculos que de otro modo no podrían usar.
Una historia de éxito inspiradora del Centro Médico Monash en Australia es Dakota Delia, una niña de seis años que sufre de parálisis cerebral. La afección afecta la pierna derecha y el brazo derecho de Dakota de manera más prominente, lo que le dificulta caminar y realizar funciones motoras finas en la escuela. Después de cuatro años de inyecciones de Botox combinadas con terapia física y ocupacional, Dakota ahora se desempeña a la par con sus compañeros en la escuela e incluso comenzó una clase de ballet de jazz.
La atrofia muscular es una preocupación clara para los padres de niños con parálisis cerebral. Si un niño tiene dificultades para mover un conjunto de músculos o experimenta dolor al hacerlo, puede comenzar a limitar involuntariamente el movimiento de esos músculos. Con el tiempo, esto hace que los músculos pierdan sus propiedades elásticas. A medida que los huesos de los niños en crecimiento aumentan de tamaño y masa, sus músculos luchan por mantenerse al día y pueden permanecer cortos, incapaces de enderezarse adecuadamente sin intervención médica.
¿Cómo Funciona una Inyección de Botox?
Botox es el término médico para un medicamento derivado de una sustancia tóxica: toxina botulínica A. Las bacterias producen esta toxina y pueden producir una forma fatal de intoxicación alimentaria conocida como botulismo. Sin embargo, cuando se aplica adecuadamente en el ámbito médico, esta misma sustancia tiene beneficios potenciales. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos aprobó el Botox para varios usos médicos en 1989, incluidos problemas de vejiga hiperactiva, incontinencia urinaria, migrañas y una variedad de afecciones musculoesqueléticas. En el tratamiento cosmético, el Botox puede reducir la sudoración y minimizar la aparición de arrugas.
El botox funciona paralizando grupos musculares específicos o evitando que se activen grupos de nervios. Estos efectos desaparecen con bastante rapidez y provocan relajación y disminución del dolor en el lugar de la inyección, junto con otros posibles efectos. Es importante tener en cuenta que la FDA no ha aprobado específicamente el Botox para la espasticidad de las extremidades inferiores en niños con parálisis cerebral, pero esta es la forma más común de tratamiento con Botox administrado a niños con estos síntomas. Los médicos deben usar el buen juicio y la discreción profesional para determinar si las inyecciones de Botox son un tratamiento adecuado.
Si un médico determina que un niño con parálisis cerebral podría beneficiarse de las inyecciones de Botox, el médico puede administrar inyecciones a grupos musculares específicos en todo el cuerpo para reducir los espasmos y relajar los músculos para colocarlos correctamente. Con el tiempo, las inyecciones de botox pueden ayudar a evitar cirugías destinadas a la corrección muscular y mejorar las funciones de las extremidades y articulaciones con una invasión mínima.
Posibles riesgos y beneficios del Botox para la parálisis cerebral
El Botox es un derivado de una toxina potencialmente peligrosa, por lo que cualquier procedimiento de Botox no está exento de riesgos. Por ejemplo, es posible, aunque poco probable, que la toxina del Botox se propague a otras partes del cuerpo más allá del lugar de la inyección y cause síntomas de botulismo. Los síntomas pueden aparecer en cuestión de horas o semanas después de una inyección, y los niños que reciben inyecciones de Botox para la espasticidad de las extremidades inferiores enfrentan el mayor grado de riesgo. También son posibles otros efectos secundarios menos graves, como debilidad en las extremidades, sensación general de debilidad, dolor en el lugar de inyección e infecciones localizadas en el lugar de inyección.
Los padres de niños con parálisis cerebral que estén considerando el tratamiento con Botox deben recordar que estos tratamientos solo proporcionan efectos temporales; el botox no puede curar ninguno de los síntomas físicos de la parálisis cerebral. Sin embargo, la investigación muestra que el tratamiento consistente con el tiempo puede tener varios beneficios a largo plazo. Los niños que recibieron inyecciones de Botox durante un período de dos años aún mostraron los mismos niveles de alta tonicidad, pero informaron una mejor función motora gruesa y un rango de movimiento mejorado.
Cualquier persona que esté pensando en el tratamiento con Botox para un niño con parálisis cerebral debe sopesar cuidadosamente los posibles riesgos y beneficios y recordar que los tratamientos solo pueden ofrecer un alivio temporal. Sin embargo, en combinación con otras terapias y tratamientos médicos, las inyecciones de botox podrían ofrecer a los niños con parálisis cerebral alivio de los síntomas de espasticidad de las extremidades inferiores, tonicidad muscular y el rango limitado de movimiento que a menudo causa la parálisis cerebral.