¿Existe una predisposición genética?
Aunque algunas pruebas sugieren que existe una base genética o vulnerabilidad para los problemas de alcohol, se sabe poco sobre lo que específicamente podría heredarse.Hay algunas pruebas convincentes de que los hombres con padres alcohólicos tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de alcohol; esto es especialmente cierto si el patrón se remonta al padre del padre. Sin embargo, una limitación importante de este hallazgo es que tales individuos pueden representar solo un pequeño porcentaje de aquellos con problemas de alcohol. Dado que la mayoría de los consumidores de alcohol no tienen antecedentes familiares de problemas relacionados con el alcohol, los factores ambientales también contribuyen de manera significativa al desarrollo de los problemas relacionados con el alcohol. Dado que la evidencia actual sugiere firmemente que los problemas de alcohol no son ni biológicos ni ambientales, un enfoque biopsicosocial parece necesario para una comprensión adecuada del desarrollo de los problemas de alcohol. En resumen, mientras que algunos bebedores tienen un mayor riesgo de que otros puedan desarrollar problemas con el alcohol.
¿Es el abuso de alcohol un trastorno progresivo?
La evidencia actual sugiere que las carreras de consumo de alcohol de los consumidores de alcohol con mayor frecuencia involucran períodos de problemas de consumo de alcohol de diversa gravedad, separados por períodos de abstinencia de consumo sin problemas. Solo una minoría experimenta un empeoramiento progresivo de los problemas.
Si el consumo excesivo de alcohol causa tantas consecuencias a largo plazo, ¿por qué la gente sigue bebiendo en exceso?
La gente bebe mucho por una variedad de razones. Aunque durante mucho tiempo se ha pensado que el consumo problemático de alcohol se debe principalmente a estados emocionales negativos(como ansiedad o depresión), problemas interpersonales o presión social, algunas investigaciones recientes sugieren que muchos bebedores problemáticos informan que beben principalmente cuando tienen un estado de ánimo positivo para sentirse aún mejor. Ya sea que alguien beba para superar «sentirse mal» o para mejorar los buenos sentimientos, las recompensas para beber generalmente ocurren antes que los efectos negativos. Se cree que este efecto gratificante a corto plazo es una de las razones por las que las personas están dispuestas a arriesgarse a las consecuencias negativas a largo plazo del consumo excesivo de alcohol.
¿Qué Se Puede Hacer?
Se han utilizado varios enfoques y objetivos de tratamiento en el tratamiento de personas que abusan del alcohol (incluidas las drogas anti-alcohol, la terapia individual y grupal, el alcoholismo anónimo y la terapia conductual). Sin embargo, la mayoría de los tratamientos han demostrado un éxito limitado. Incluso el tema de los objetivos de tratamiento es controvertido. Durante algún tiempo, se pensó que la abstinencia—no beber en absoluto—era el único objetivo apropiado. Sin embargo, las investigaciones realizadas en las últimas dos décadas sugieren que reducir el consumo de alcohol es un objetivo apropiado para algunos consumidores de alcohol, especialmente aquellos cuyo problema no es grave. Algunas pruebas recientes también indican que algunos consumidores de alcohol se recuperan sin ayuda o tratamiento formal. La investigación conductual ha contribuido de manera significativa a los cambios importantes que se han producido en el campo del alcohol en las últimas décadas, especialmente en las áreas de evaluación y estrategias de tratamiento.
Los tratamientos conductuales comienzan con una evaluación detallada del consumo de alcohol y el comportamiento relacionado de la persona. Esta información se utiliza para desarrollar un plan de tratamiento individualizado para promover cambios positivos y beneficiosos en el comportamiento objetivo, así como en los comportamientos relacionados.
Los principios rectores comunes sugieren que el tratamiento (a) debe ser individualizado; (b) debe ser lo menos restrictivo (requiere el menor cambio total de vida sin dejar de alcanzar objetivos y mantener los logros); (c) debe estar diseñado para incluir componentes que mejoren el compromiso con el cambio, permitiendo a los clientes guiar su propio tratamiento tanto como sea posible; y d) deben abordar cuestiones relacionadas con la recaída, ya que las tasas de recaída son muy altas después del tratamiento.
Los tratamientos conductuales han tendido a variar con la gravedad del problema de alcohol de la persona. Por ejemplo, para pacientes hospitalizados alcohólicos con dependencia severa, los tratamientos de entrenamiento de habilidades sociales orientados a la abstinencia se han utilizado con cierto éxito, mientras que los tratamientos breves de autocontrol ambulatorio que incorporan tratamientos moderados han demostrado más éxito con bebedores problemáticos. En los últimos años, los enfoques conductuales se han centrado sustancialmente en personas cuyos problemas con la bebida no son extremadamente graves (es decir, bebedores problemáticos, la mayoría de los que tienen problemas con la bebida).
¿cuánto tiempo durará el tratamiento?
La duración del tratamiento varía, dependiendo de las necesidades del cliente. Para algunos, esto puede significar unas pocas sesiones; para otros, puede implicar un proceso más largo o más intensivo. Se recomienda que el tratamiento comience con la intervención mínima adecuada para la gravedad del problema, con técnicas adicionales implementadas solo si es necesario.